Durante las obras de construcción del Puerto exterior de A Coruña se generó, en la explanada norte, un talud con una altura máxima de unos 70 m, conformado por bancos de unos 20 m de altura, separados por bermas. En él se han detectado una serie de inestabilidades características de taludes en materiales rocosos (cuñas y deslizamientos planares) y en dos zonas, por las que discurren sendas fallas, se identificaron inestabilidades «en cuchara» típicas de suelos. El estudio consistió en analizar la estabilidad general del talud y en diseñar las medidas de estabilización necesarias para las diferentes zonas del mismo. Dichas medidas consistieron básicamente en: muros de escollera para sostener las zonas de suelos relacionadas con las dos fallas; malla metálica de acero inoxidable (por tratarse de un ambiente marino) y alta resistencia, combinada con bulones, en el banco inferior del eje norte; pantalla dinámica en la berma inferior del eje norte; y cunetón tipo Ritchie al pie del banco inferior del eje este. Además, se propuso el acondicionamiento de las bermas en contrapendiente de 5º y su revestimiento con zahorra, para evitar rebotes de rocas, así como la implementación de medidas de drenaje en coronación y bermas.
